Conversaciones · Febrero 2016

 Rafael Pozo Gowland, Natalia Zito y Julieta Aued Santi

 Natalia Zito y Facundo Pucill

Otra vez tuvimos el placer de conversar con colegas que han pasado el examen de residencia, que ya están unos pasos adelante y pudieron comprobar que el examen es una suerte de monstruo a atravesar y que luego, visto desde atrás, no era tan tremendo y que lo más intenso llega con el hospital.

Nos visitaron Julieta Aued Santi, ex alumna de Residir en Psico, residente de primer año en el Piñero y Rafael Pozo Gowland, también ex alumno de la Directora de Residir, residente de segundo año en el Ramos Mejía, integrante del comité de redacción de la Revista Clepios, una revista conformada y dirigida a profesionales en formación.

Ambos, muy conformes con el hospital donde trabajan, nos contaron que la elección fue después de informarse, de contactarse con colegas de años anteriores y de ir a reuniones en los hospitales que terminaron de convencerlos. Julieta Aued Santi nos contó que el año pasado, los residentes se juntaron virtual e informalmente, antes de la adjudicación. Cada uno fue diciendo qué hospital elegiría, de manera que cuando llegaron a la adjudicación, ya sabían qué posibilidades tendrían y en función de eso habían construido su elección. Nos contó también que en el Piñero la residencia se lleva a cabo en la sala de internación y que eso tiene sus características singulares. Que hace guardias de 24hs, que pueden tocarle cualquier día de la semana, incluyendo los fines de semana. En el Ramos Mejía, en cambio, según nos contó Rafael Pozo Gowland, las guardias son de 12hs, solo los días de semana. El horario de salida varía entre las 16 y las 17hs. Algunas veces, excepcionalmente, en épocas de poca actividad de formación, pueden salir a las 14hs. La jornada laboral comienza a las 8 de la mañana.

Les preguntamos si se habían encontrado con algo que no se habían imaginado, algo que los impactara, que les generara el pensamiento: nadie me dijo que esto era así.
Julieta Aued Santi se refirió a la pérdida del romanticismo de la facultad. Nos dijo que en el hospital los códigos son otros, que uno viene con la teoría romántica de los libros, y el hospital requiere una plasticidad distinta que tiene que ver con el trabajo interdisciplinario, el contacto con trabajadores sociales, musicoterapeutas, psiquiatras, etc. Esto también es un factor de crecimiento, que también destacó.
Rafael Pozo Gowland nos habló del cuerpo a cuerpo. Le tocó hacer guardias externas, es decir atender pacientes que llegan de la calle. Las guardias internas implican estar disponible para los pacientes internados. Alguna vez, en estas guardias externas especialmente, le tocó ayudar a su compañero psiquiatra, también de guardia, a contener físicamente a un paciente. Julieta Aued Santi también nos habló del contacto cotidiano con los pacientes, con los pedidos de cigarrillos, galletitas, mate, etc.

Rafael Pozo Gowland nos contó de su trabajo en el comité de redacción de la Revista Clepios, una revista de la Editorial Polemos. Nos dijo que es un espacio interesante de intercambio con otros colegas y que la revista está ampliando su espectro inicial de la residencia a los profesionales en formación en general.

Respecto de cómo se prepararon para rendir, ambos dijeron que estudiaron mucho, que hicieron cursos, que aprendieron a estudiar para choice, hicieron el entrenamiento y coincidieron en algo que para Residir en Psico es fundamental, una de las bases de nuestro trabajo: hay que prepararse mucho, pero también hay que vivir y pasarla bien, eso colabora para estar mejor preparado y se logra justamente trabajando mucho y con un gran compromiso con lo que se busca.

Fue un placer esta edición de Conversaciones. Desde acá, les volvemos a agradecer inmensamente a Julieta Aued Santi y Rafael Pozo Gowland. 

Agradecemos también a Facundo Pucill, docente de Residir en Psico, que recién llegado de viaje, vino a conversar con nosotros y hacer también aportes sobre su hospital.

Gracias a La Vieja Guardia por la buena onda de siempre.